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10 febrero 2010

Retos y Desafíos Pastorales


La identidad propia de la Iglesia, advierte su santidad Pablo VI en la exhortación Apostólica EVANGELII NUNTIANDI en el 1975, es esencialmente misionera. Es por esto que Frente a la Misión Continental, fruto y proyecto de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida quiere extenderse a nuestras Iglesias particulares en la forma de una Misión Continental.

La Misión Continental es el desafió, que abre posibilidades para emprender esta tarea de comunicar vida donde hay diversos signos de muerte: desesperanzas, duda, intriga, división, odio, guerra.

Es sumamente importante en este proceso misionero despertar el entusiasmo por usar los grandes medios de comunicación y hacer uso de otras herramientas comunicacionales sencillas pero significativas, los micro-medios como el socio drama, la cartelera interna, el periódico mural, los espacios y momentos de comunicación de la parroquia.

Esta gran misión exige abrirse a los medios de comunicación, aprovecharlos para la promoción y difusión de la riqueza eclesial, de la Buena Nueva.

El uso de los medios de comunicación, es fundamental, la acción de los comunicadores sociales es vital, la aplicación de estrategias de comunicación es imprescindible. Es por esto que el folleto sobre la Misión Continental, tiene que ser precisamente con que los comunicadores sociales alimenten el crecimiento de una cultura que sea manifestación del reinado de Dios (Orientaciones: Misión Continental, para una Iglesia misionera, p 24). Además el mismo folleto nos advierte sobre la necesidad de asumir una serie de recursos para la misión, ya que en la misión hay que optimizar el uso de los medios de comunicación Cristianos Católicos, haciéndolos mas actuantes y eficaces, sea para la comunicación de la fe, sea para el dialogo entre las Iglesias y la sociedad (37) (DA 497). Y esto implica el conocimiento de los nuevos lenguajes.

Vivimos en una sociedad sobre informada, que Marshal Mac Luhan ha denominado la Aldea Global. Una Sociedad inmersa en las autopistas de la información, ya que no se puede ignorar que en este mundo el avance de la ciencia y la tecnología, las relaciones humanas se han ido debilitando, lo que implica, desde la Iglesia, un trabajo arduo por superar el autentico sentido de la comunicación y comprender que los procesos comunicacionales, ad intra, deben llevar ala comunicación entre los seres humanos, a generar relaciones mas humanas y a despertar la sensibilidad por el otro.

Para ayudarnos a valorar más la comunicación en nuestro itinerario evangelizador, como lo requiere la comprensión de Aparecida, como un nuevo Pentecostés, se han sugerido recomendaciones o mejor dicho propuestas sencillas:

1ro. Evitar correr el riesgo de sumergirnos en un ambiente de estructuras y saturación de información, que termine por aniquilar la acción del Espíritu Santo.

2do. Crear canales de comunicación que consoliden los vínculos entre los obispos, los presbíteros, las comunidades religiosas, el pueblo de Dios y ayude a superar conflictos y divisiones, mediante una espiritualidad de perdón y la reconciliación.

3ro. Abrirse gozosamente al uso de los medios masivos, preocuparse por brindar información oportuna y veraz, para lo cual debe asesorarse de comunicadores sociales expertos, o promover la formación de agentes de pastoral, en el área de comunicación. Una respuesta a esos desafíos, es la consolidación de las oficinas de comunicación y Prensa en las Iglesias Particulares. En las Conferencias Episcopales donde ya existen, revisar los planes de pastoral y tener claridad sobre las políticas de comunicación e integrar y articular los esfuerzos de una oficina de comunicación, de prensa e informativa/RIIAl.

4to. Dar mayor impulso a la enseñanza de la comunicación en los Seminarios Mayores e incluir un componente comunicativo en todos los proyectos de la pastoral, que implique este componente necesariamente tiene en cuenta los procesos de relaciones, no basta con la información. El componente comunicativo, apunta a la elaboración y diseño de estrategias de comunicación, desde la convocatoria y diseños metodológicos hasta la interacción, relaciones públicas, comunicación interpersonal, articulación de procesos y transversalidad.

5to. Revisar las estructuras caducas que hay al interior de nuestros Organismos eclesiales y todo lo relacionado con la concepción de la comunicación y su aplicación en la misión de la Iglesia.

Javier Darío Restrepo, Periodista Colombiano, en una entrevista que le hicieron en el Departamento de Comunicación del CELAM, en el año 2006, sugirió algunas recomendaciones prácticas de orden comunicacional para toda la Iglesia:

Superar la idea de que comunicación es medios de comunicación, ya que los medios de comunicación son una forma de comunicarse, por lo que seria inútil sino existe una comunicación en la Iglesia.

Superar la idea de que los medios de comunicación son profanos ya que todo depende el uso que se haga y que son solos instrumentos de propaganda.

Superar la idea de que comunicar es predicar, que predicar es comunicar.

Admitir que comunicar es todo en la pastoral y que poner en funcionamiento el verbo servir como alma de toda comunicación.

La comunicación afectiva es la que se hace entre iguales. No hay comunicación efectiva entre una relación de arriba-abajo.

Comunicar no es hacer relaciones públicas, ya que lograr una opinión favorable para alguien o para algo, no es presentar el verdadero de la Iglesia. Comunicar es más que eso, conseguir un criterio cristiano sobre los hechos.

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